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El Pollo

Publicado: 2012-01-09

No sé si es la edad. No sé si fue mi involuntaria abstinencia alcohólica. No sé si es mi organismo. Nosé si es algún cansado órgano interno,que de tanto vilipendeo decidió revelarse ante su dueño, todo por intentar supervivir sobriamente y en paz dentro de mi fofa anatomía. No sé si son las consecuencias de una vida pasada harta desordenada. No sé si es psicológico. No sé si son los nuevos y más fuertes ingredientes (si es que los hay). No sé si es mi paupérrima y grasosa alimentación. No sé si son las garúas o el frío clima limeño. No sé si es el mucho estudio o el exigente trabajo. No sé si es el stress. No sé si es la falta de sexo. No sé qué mierda será. Pero este humilde escribidor se ha convertido, mucho antes de lo planeado, en un personaje que se emborracha al libar ínfimas y casi nulas cantidades de bebidas alcohólikas, es decir me he vuelto un pollo.

Aunque ya lo sospechaba, no lo quería aceptar. Pero ya son varios fines de semana (o meses) seguidos que unas cuantas, pocas, latas de cebada fermentada hacen que mi cerebro se turuleque. Al más mínimo contacto con el alcohol, mis neuronas enloquecen y saltimbanquis ellas, se suicidan, dejándome indefenso. Tres miseras cervecitas y ya estoy ebrio. Atrás quedaron aquellos tiempos en los que mi ex cuerpo atlético aguantaba, sin cesar, docenas de cervezas heladas y/o no pocas botellas de ron con Peru Kola (disculpen pero la Coca Cola estaba más cara, y con ron sabe igual). Atrás quedaron, también, esas épocas en las que era casi inmune a las cantidades industriales de cerveza, y era yo el q tenía que dejar a mis amigos en sus casas, o manejar sus carros, ya que su estado daba verguenza ajena.

No sé que tan bueno o malo sea eso. Mis más fervientes críticos, como mi madre, por ejemplo, seguro dirán que esta promiscua y adelantada etapa (de ser un completo pollo) hará que, por fin, deje los excesos (aunque valgan verdades, hace mucho que ya los dejé. Y más bien, pensar en ellos me ponen melancólico, sonriente y arrechísimo) y me hará tomar conciencia del daño del alcohol y bla bla bla. Otros, mis amigos, esos infalibles e infatigables compañeros de fiestas e interminables juergas, pensarán que es un invento mío para dejar de salir con ellos, dirán que soy un cabro de mierda, una marica, un papanatas, un mequetrefe, dirán y me repetirán que soy un cagado.

Todas las opiniones son respetables, pero la verdad no me preocupa mucho saber que haré ahora que mi ex cuerpo atlético no aguanta ni un misio six pack de cusqueñas, y menos me importa saber que pensarán los demás. Lo que quiero saber, en cambio, son las razones de mi precoz diagnóstico. Quiero saber, con suma urgencia, porqué la cerveza se transformó de un combustible fiel a una letal criptonita. No entiendo porque mierda me he vuelto tan pollo, a tan temprana edad. Porque si alguna vez pensé en emborracharme rápido, eso sería a los cincuentaitantos años, chupando con mis nietos y gileándome a sus enamoradas.

El stress, el trabajo, los estudios y la falta de sueño podrían ser la razón de mi debacle como bebedor social. No lo sé. Otra razón podría ser la hipótesis de la abstinencia alcohólica de casi un año que viví estando en gringolandia, que no fue por enfermedad, ni por prescripción del doctor, ni menos por dieta ni para purificarme o desintoxicarme, tampoco fue por religión, y menos para evitar caer en manos del alcoholismo (creo que estoy muy lejos de ello, aunque para la exagerada de mi madre, ya estoy, o estuve, a un paso), la abstinencia fue simplemente porque mi círculo de amistades eran harto religiosas (musulmanes o cristianos o presbíteros), y las cervezas brillaban por su ausencia. O tal vez es la falta de sexo que me tiene acojudado y ha hecho que mi cerebro se descalabre, no aguantando trago alguno. No lo sé.

Sólo sé que soy un pollo, y por ello, bien responsable yo, las cervezas y los whiskies están siendo reemplazadas por cafecitos, Inka Kolas o aguitas. Pero si alguien tiene la verdadera cura de mi enfermedad, cien mil o un millón yo pagaré.

Esperemos nomás que la abstinencia alcohólica no tenga las mismas consecuencias análogas k la sexual. Sino ahí sí estaría cagado, bien cagado.


Escrito por

elchatodaniel

Cholo, chato, feo, gordo


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Desekilibrios Razonables

... o cuando las pasiones viajan de prisa