#ElPerúQueQueremos

Por huevón

Publicado: 2010-08-23

"Antaño, si no recuerdo mal, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que vinos de todas las clases fluían sin cesar. Una noche, senté a la belleza en mis rodillas. Y la encontré amarga. Y la injurié". Rimbaud.

Un mensaje de texto distráeme de mi apacible lectura dominical. Una preocupada y, seguramente, aburrida amiga me pregunta sobre mi estado de ánimo, le miento que estoy bien, y me cuenta, sin preguntárselo, que tiene nuevo enamorado. Le vuelvo a mentir que me alegro, y le digo que estoy, como siempre, solo. "¿Y porqué estas solo?", me pregunta, incrédula, mi amiga.

La inesperada pregunta de mi amiga y las memorias de Sabato, me empujan a pensar en mis propias, y putas, memorias. Dejo el libro, dejo mi celular, me echo en mi cama, miro al techo, y recuerdo.

Recuerdo a T, la carilinda más tierna que he visto en mi vida. Recuerdo nuestra infantil declaración de amor mediante los cojudos slam's. Recuerdo nuestras conversaciones silenciosas. Nuestros arreglados encuentros que se limitaban a inocentes pero apasionados besos. Fue mi primera enamorada y nunca le dije que la quería. Por , luego, me dejó... por mi primo.

Recuerdo a R, mi real primer amor, la niña más hermosa que vió mi pubertad. Recuerdo que entró a mi vida sólo para darle el gusto a su mejor amiga. Déjenme confesarlo, yo también hice lo mismo. Nisiquiera sabía su apellido. Pero esa aventurera decisión me llevó a mi mejor aventura. Recuerdo los inexpertos besos que hacían que chocaran nuestros dientes. Recuerdo nuestras cojudas peleas por mis imbéciles celos. Por eso, luego, me dejó.

Recuerdo a la prohibida S, y sus quejas y reclamos. Recuerdo nuestra vetada relación, que sólo fue sospechada y descubierta, por una carta de amor suya que negligentemente dejé sobre la mesa de noche de mi cuarto, por nuestra prima. Sí, la prohibida S es mi prima. Crecimos juntos y siempre nos gustamos. Recuerdo esas miraditas caletas en las reuniones familiares (a las que por mi culpa, ya no acude), o esas sonrisillas que demostraban cariño, y algo más. Recuerdos nuestros encuentros a escondidas en aquel oscuro parque sanborjino. Recuerdo cuando me pidió una segunda oportunidad. Yo se la negué, y por eso, luego, me dejó.

Recuerdo a B, el angel caído del cielo. Un angel hecho ser humano, o tal vez un humano hecho angel. La persona más bondadosa del planeta. Recuerdo nuestro encuentro sin conocernos. Nuestra primera juerga en dónde nos emborrachamos tomando con cañita un trago de dudosa reputación. Recuerdo sus palabras mal dichas, y los chistes de cajón. Recuerdo que le terminé, y la hice llorar. Nunka me lo perdonó, y por eso, luego, me dejó.

Recuerdo a M, la dificil e ilógika M. Mi segundo gran amor. Un reecuentro nos reencontró después de trece años, y sólo tuvieron que pasar cuatro meses para que entrara a mi vida. Pero no vino sola. Un angelito la acompañó. Recuerdo los eternos tripzasos hacia su casa. Recuerdo los programas infantiles. Nuestros almuerzos sanisidrinos y tragaderas nocturnas. Recuerdo nuestras travesuras, y las interminables y bulliciosas carcajadas. Recuerdo aquel abrazo de despedida. Recuerdo sus injustas decisiones. Se fue y nunca regresó. Me dejó.

Rekuerdo a D, la besucona D. Mi tercer gran amor. Recuerdo la manera muy cariñosa que nos conocimos. Recuerdo nuestros sensuales pero disparejos bailes salseros. Recuerdo nuestros viajes y las juergas. Recuerdo su apoyo incondicional y las lágrimas compartidas en la etapa más triste de mi vida. Se me vienen a la memoria las cortas pero hermosas llamadas de larga distancia. Los mensajes traviesones. Recuerdo las groserías, las lisuras, los huevones y huevonas. No le devolví lo que se merecía, y por eso, luego, me dejó.

Recuerdo a la chibola R, a la chata D, y a su amargada pero besable tocaya. A la barranquina S, sus innumerables trabajos y nuestras clases de inglés. A la gringa C. A las cariñosas e infieles G y V. Recuerdo a R y mi primera vez. A la juerguera F. A la platónica L... ¡¿Dios mío, dónde mierda están?!

Me levanto de mi cama, agarro el celular, y le respondo, triste, aguantado y excitado, a mi amiga: "Por huevón, chola. Por huevón".


Escrito por

elchatodaniel

Cholo, chato, feo, gordo


Publicado en

Desekilibrios Razonables

... o cuando las pasiones viajan de prisa